Saturday, May 11, 2024
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Estamos en una guerra de cuarta generación: El Fisgón

Reynosa, Tamaulipas. En su reciente visita a Tamaulipas, Rafael Barajas Durán, «El Fisgón», reclamó el derecho de réplica que tiene el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ante los ataques de periodistas y medios de comunicación nacionales.

El caricaturista, quien se desempeña como Presidente Nacional de Formación Política del partido gobernante MORENA, lamentó que la prensa publique información sesgada en contra de López Obrador, sin estar dispuesta a conceder ese derecho constitucional.

A continuación, la respuesta completa que dio «El Fisgón» a la pregunta formulada por un reportero, durante la rueda de prensa que se realizó este domingo en Reynosa:

«Este debate es un debate de fondo y es posiblemente uno de los debates claves en la estrategia por el poder en toda América Latina.

La prensa es el cuarto poder. Es un poder fáctico. Es un poder de hecho. Y es un poder que tiene sus lógicas y que para funcionar como cuarto poder necesita que esas lógicas se mantengan. Hay que decir que en las últimas décadas los golpes políticos en contra de los gobiernos progresistas de América Latina se han dado alrededor de la prensa. Quiero recordar que el primer golpe mediático que se dio contra un presidente se dio precisamente aquí, en México, en 1913. Y lo dio la prensa contra Madero. Quiero decir que este golpe es una de las cosas que más dañaron a la prensa, porque lo que ocurrió en 1913 es que sí mataron a Madero, pero la gente se levantó en armas y la prensa cayó en un descrédito de décadas, y que lo que dañó a la prensa fue la campaña contra Madero.

Y lo mismo ha ocurrido en América Latina durante las últimas décadas. Fue la prensa la que sacó a Dilma Rosette de la Presidencia, con campañas de descrédito abiertas. Fue la prensa, en gran medida la prensa con el Poder Judicial fueron los responsables de que Lula cayera en la cárcel de manera injusta. Fue la prensa en gran medida la que derrocó a Rafael Correa, en Ecuador, la que lo ha mantenido fuera del poder en Ecuador y fue la prensa la que acabó con Cristina Kirshner hace algunos años, en Argentina.

Desde que Andrés ganó la Presidencia de la República, muchos de nosotros advertimos que la prensa jugaría este mismo papel en México. Lo dijimos con toda claridad.

Los golpes contra los regímenes democráticos populares en las últimas décadas ya no son golpes militares. Eso ya cayó en el desprestigio y ya no se usa. Bueno, lo usaron hace poco en Bolivia, pero fue una excepción. Generalmente los golpes contra los regímenes democráticos populares los da la prensa junto con el aparato judicial.

Esto tiene su denominación en la terminología política actual. Se les llama «golpes blandos», «golpes mediáticos», «guerras de cuarta generación», «guerras sin fusiles»… Una de las estrategias que forman parte de este proceso es lo que se llama «guerras judiciales». Son guerras judiciales apoyadas por la prensa.

Ojo. El proceso de desafuero en el 2006 contra López Obrador fue una guerra mediática, fue parte de este tipo de procesos mediáticos. Y quiero decir que estas campañas de odio y de descrédito no pueden ser consideradas bajo ningún aspecto un ejercicio de libre prensa. Son actos de poder de grupos de interés económico específicos. Y lo voy a poner muy claro: La campaña de prensa contra Madero la patrocinaron los mismos señores que le financiaron después el golpe de estado en 1913. Entonces, yo quiero decir lo siguiente: Me hablan de Loret, de López Dóriga… ¡perdón! Ese es el aparato de prensa del viejo régimen. Son los voceros de la prensa del viejo régimen.

Somos muy chistosos porque nos preocupa que Andrés…, a esta prensa, perdón, le preocupa que Andrés los desmienta. Pero, ¡perdón! ¿No es el derecho de réplica uno de los derechos básicos por los que hemos peleado por décadas en México? ¿No estamos hartos los ciudadanos e incluso los periodistas de que de repente la prensa te puede lanzar cualquier mentira y no te da espacio para que los desmientas? ¿No es un hecho que la prensa deshizo a Madero y Madero no se pudo defender en la prensa? Por esto mismo es que Andrés fundó las Mañaneras. ¡Ojo! Dicen: Este es un espacio muy importante en el País. ¡Pues sí! Eso es. Lo creó él y es un espacio importante porque López Obrador tiene credibilidad y tiene gente que lo apoya. Y cuando la prensa se queja de que es un espacio muy poderoso lo que está reconociendo a final de cuentas es que esta prensa ya no tiene el reconocimiento ni el apoyo de estas gentes, y aquí hay un problema de fondo. A mí me dicen: «¡Tú eres un vendido al poder porque apoyas a López Obrador!» ¡No!¡Espérate, cabrón! Yo llevo décadas peleando por acabar con el neoliberalismo y por un proyecto democrático. Y todo lo que está haciendo ahorita el Gobierno… No todo, pues, hay cosas que no me gustan. Pero muchas de las cosas que está haciendo este Gobierno yo peleo por que se hagan. En cambio, de repente, con esta lógica, los partidarios del viejo régimen resulta que ahora son paladines de la libertad de expresión. ¿En qué momento lo han sido? ¿Cuándo peleó López Dóriga para abrir espacios y para darle espacio a la gente de Ayotzinapa, o a la gente que sufrió violaciones a los derechos humanos? ¿No es cierto que Loret y toda esta gente encubrieron a García Luna y estuvieron con sus operaciones de montaje? ¿Cuándo nos vienen a decir que ellos son periodistas independientes? ¿Con qué pinche derecho? Eso es hipocresía. Siguen siendo miembros de un viejo régimen que están operando para derrocar un régimen democrático. Eso no lo olvidemos.

Cuando ellos dicen que el Presidente debe de callarse, que ellos sí tienen derecho a decir lo que quieran y meterse con los hijos y decir mentiras, porque si se revisan los reportajes de Loret, son totalmente insustanciales. Lo que hay de fondo es que la esposa de uno de los hijos de Andrés rentó una casa en Houston. Y es todo. No hay un acto de corrupción en todo este proceso. Lo que sí hay es una escalada mediática para colocar la idea de que López Obrador es igual de corrupto que ellos. No lo es, porque no hay un acto de corrupción probado. ¿Me explico? Y lo que sí puedo decir es que esto forma parte de una estrategia de guerra de cuarta generación. A mí me queda muy claro, y ¡perdón! Yo como periodista no me puedo meter en esas dinámicas y les sugiero a ustedes que tampoco se metan en esas dinámicas porque van a acabar muy desacreditados. No hay que hacerse eco de esas cosas. Y lo que está en juego en este proceso es una cosa muy delicada: El derecho de réplica. La prensa mexicana no acostumbra dar derecho de ráplica».

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