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Se han tipificado varios tipos de esta violencia como: física, sexual, psicológica y económica.
La violencia de pareja así conceptualizada permite investigarla sin limitarse a un único tipo de agresor predominante, al tipo de relación heterosexual u homosexual, al estado civil de la pareja o su fase de constitución, esto es en el cortejo o noviazgo, la pareja establecida, en proceso de separación o ya disuelta.
Se ha documentado cómo la violencia no termina con la separación o disolución de pareja, pues en ocasiones esto incluso lleva a su recrudecimiento.
Se detalla que una alta proporción de los feminicidios íntimos se cometen cuando la mujer está tratando de dejar al hombre que la violenta.
Asimismo vale señalar que en lo que respecta a la violencia familiar es un concepto que designa a aquellos actos violentos recurrentes que uno o más integrantes de una familia ejercen contra uno o varios de sus miembros.
En tanto, esa violencia puede consistir en ataques físicos o en su defecto puede implicar acoso psicológico y hasta amenazas.
Normalmente una familia tipo está compuesta por padre, madre e hijos y entonces es justamente alguno de estos actores quien ejerce la violencia sobre algunos de los otros miembros.
Tradicionalmente son algunos de los dos progenitores quienes haciendo uso y abuso de su autoridad ejecutan actos violentos contra sus hijos, por ejemplo, aunque, también es muy recurrente la violencia de un cónyuge para con otro.